martes, 28 de mayo de 2013

Rottweiler en el Juzgado


Dice mi amigo J. (hace unos años sufrió un grave accidente, con secuelas de por vida, causado por una infractora que se saltó un stop y resultó indemne) que, de saber entonces que se podían llevar animales al estrado, él se habría llevado el rottweiler a la bancada de los humillados y ofendidos. Y en el momento cumbre: al escuchar que se le condenaba, por el hecho de circular por una vía pública, a compartir las culpas con la causante del siniestro, soltar al perro... Y si tuviera suerte el "gato", si le quedara algún hueso entero en su maltrecho cuerpo, compartir las penas.
Por suerte ese "gato" hace años que cambió de tejado.

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